Dentro de pocos días se cumplirán 40 años de aquel fatídico día en que una mina destrozó las piernas de mi padre, cortara su femoral y falleciera en tierras angolanas. Aquí están mis recuerdos, que persisten hasta hoy, de aquel día, de aquel 12 de diciembre de 1975, en que llegó la noticia de la muerte de mi papá. Yo tenía entonces 16 años, mis hermanas 15 y 14. Cuánto hubiera deseado que estuviera conmigo al concluir los Camilitos, me gradué de Licenciada en Relaciones Internacionales, me casé y tuve a mis dos hijos.
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